Municipio de la provincia de Cáceres. Se localiza entre los 40'7'de latitud y los 5'41' de longitud oeste. Pertenece a la comarca de Jaraiz. Hoja del MTN núm. 599. La distancia a la capital es de 133 km. Tiene una extensión de 37,53 km.
Medio físico-natural. El relieve es de carácter montañoso al estar ubicado el término en la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, con altitudes que van desde los 580 a los 1.800 m. Ello da lugar a fuertes pendientes que imponen serias limitaciones a la actividad agraria.
El clima es de tipo mediterráneo continental templado. La temperatura media anual es de 14,2' C. Los inviernos son suaves, con una temperatura media estacional de 6,8' C, siendo la media de las mínimas absolutas de – 3,6' C en diciembre. El verano es cálido y seco, con una temperatura media estacional de 22,5' C, con una media de las máximas que llega a alcanzar los 36,2' C en el mes de julio. Lógicamente, las características climáticas señaladas se ven modificadas por la proximidad a las cumbres de la Sierra de Gredos, que suelen permanecer nevadas durante parte del invierno.
La formación fisiognómica predominante es la Aestilignosa, caracterizada por la presencia de castañares (Castanea vulgaris,), robledales (Quercus robur), alcornocales (Quercus suber), junto a otras especies que componen el matorral (Erica arborea, Arbutus unedo, Ulex europeaus, Genistas scorpius, etcétera).
Población. La evolución de la población de Aldeanueva de la Vera mantiene un ritmo de crecimiento ascendente desde principios de siglo hasta 1960. A partir de esa fecha y hasta 1981 experimenta un continuado descenso achacable a la emigración, que va a provocar la pérdida de algo más de la tercera parte de los efectivos con los que contaba. En el quinquenio 1981-86 se asiste a una ligera recuperación demográfica al haber cesado el movimiento migratorio. No obstante, la emigración ha dejado huella en la estructura de la población: el envejecimiento, aunque no es considerable, afecta al 13,6 por 100; la natalidad ha descendido casi en dos tercios, situándose en un 13,6 por 1.000 y la mortalidad* aumenta paulatinamente (10,3 por 1.000). En 1986 la población era de 2741 habitantes .Actividad económica.La tasa de actividad (42,2 por 100) es muy superior a la media regional. En la distribución por sectores se aprecia un predominio del primario, que acoge al 59,6 por 100 de la población activa, seguido de lejos por el de servicios (24,4), construcción (9,6) e industria (6,4).
La superficie se distribuye del siguiente modo: el robledal ocupa el 80 por 100 del término municipal; las tierras labradas y los prados se reparten por igual el resto del espacio. La estructura de la propiedad es de tipo minifundista con un 95 por 100 de las explotaciones menores de 5 Ha. Entre los cultivos, de regadío casi en su totalidad, sobresalen el olivar (171 Ha.) y los herbáceos (150 Ha.). De las 986 unidades ganaderas (UG), 390 son de bovino, 244 de caprino y 166 de ovino. (J.M.A.)
Arquitectura.Esta localidad ha experimentado un notable desarrollo en los últimos años, creándose nuevos barrios y renovándose algunos inmuebles; no obstante, aún se conservan un elevado número de casas con los rasgos característicos de la arquitectura popular de la comarca de La Vera: balconadas de madera, voladizos sobre canecillos, pórticos y soportales, etcétera. Las mejores muestras de esta arquitectura y urbanismo peculiares se encuentran en torno a la Plaza de la Fuente de los Ocho Caños y a la llamada Plaza de los Toros. La primera es muy irregular y en ella confluyen numerosas calles que proporcionan al ámbito su carácter de centro neurálgico del casco antiguo. Su irregularidad también se muestra en altura, tanto por los distintos niveles del piso como por la diferente elevación de los inmuebles allí ubicados.
La Plaza de los Toros es más regular y las condiciones naturales del terreno permiten su utilización para la celebración de distintos espectáculos, ya que su perímetro está recorrido por tramos de distinta altura que hacen las veces de graderío improvisado. Se incrementa su valor plástico en algunos de sus flancos por el escalonamiento que muestran las edificaciones al adaptarse a las curvas de nivel ascendente en su parte septentrional. Lamentablemente altera el conjunto unos edificios de nueva planta, con fachada de ladrillo visto que suponen una agresión a la estética ambiental de la plaza.
En cuanto a edificios singulares, el más destacado es la iglesia parroquial. Consta de una nave con arcos transversales que descansan sobre contrafuertes interiores entre los cuales se disponen sucesivas capillas; el ábside semicilíndrico y la torre, dispuesta de forma asimétrica, que es el elemento más antiguo del templo. La fachada más atractiva es la del mediodía, donde se abre una interesante portada clasicista de principios del siglo XVII, rematada con un frontón en cuyo interior se aloja una talla granítica de San Pedro en Cátedra. También resulta destacada la escultura de San Pablo que remata la portada occidental, aunque se halla menos visible por la estrechez de la calle.
En el interior sobresalen los capiteles finamente labrados con las armas heráldicas del obispo placentino Vargas de Carvajal, dispuestos en el sotocoro construido a mediados del siglo XVI. La bóveda de cañón con lunetos que cubre la nave es una de las intervenciones más tardías en este templo, ya que se construyó a principios del siglo XVIII.
Entre los bienes muebles de interés artístico que más relevancia tienen, cabe destacar el retablo mayor, obra barroca de la primera mitad del siglo XVIII, ricamente ornamentado y que contiene distintas tallas policromadas, entre las que sobresale San Pedro en Cátedra, en la hornacina central.
En el lado del Evangelio puede contemplarse otro retablo barroco en el que se aloja un Cristo yacente y en cuyo remate destaca una interesante talla gótica que representa a San Mateo. Asimismo, en el lado de la Epístola se sitúa el retablo clasicista de Cristo Crucificado, obra de los primeros años del siglo XVII.
Cuenta, además, esta población con dos pequeñas ermitas, la del Cristo, que es un sencillo volumen cuadrangular precedido de un pórtico, obra del siglo XVII, y la de San Miguel, de similar cronología.
De "GRAN ENCICLOPEDIA EXTREMEÑA", Ediciones Extremeñas, S.A. Mérida,1989